El Ayuntamiento de Barcelona ha decidido ampliar las ayudas destinadas a mejorar la eficiencia energética en las viviendas de la ciudad, elevando la subvención máxima por hogar de 3.000 a 6.000 euros. Esta iniciativa se enmarca dentro de la estrategia municipal para fomentar la rehabilitación de los edificios y disminuir el consumo de energía en los hogares barceloneses. En Apialia te explicamos cómo beneficiarte de estas ayudas.
La nueva convocatoria cuenta con un presupuesto total de 10 millones de euros, financiados conjuntamente por el Ayuntamiento y los fondos europeos Next Generation. El objetivo principal de esta inversión es motivar a los propietarios a renovar sus viviendas, alineándose con las metas de sostenibilidad establecidas a nivel local y europeo.
Entre las reformas que podrán recibir financiación se incluyen la mejora del aislamiento térmico, mediante la instalación de nuevas ventanas y la incorporación de materiales aislantes en fachadas y techos desde el interior. También se contemplan ayudas para sustituir los sistemas de calefacción y refrigeración tradicionales —que dependen de combustibles fósiles— por opciones más sostenibles, como bombas de calor y sistemas de aerotermia.
Para facilitar el acceso a estas ayudas, el Ayuntamiento ha simplificado los trámites administrativos. A partir de esta convocatoria, las solicitudes podrán presentarse de forma online, reduciendo la documentación requerida. El propósito es agilizar tanto la concesión de las subvenciones como la ejecución de las obras.
El período para solicitar estas ayudas se abrirá próximamente y las intervenciones financiadas deberán completarse antes del 30 de junio de 2026. Esta condición busca asegurar que las mejoras generen un impacto inmediato en la reducción del consumo energético y en el confort de las viviendas.
Barcelona lleva años apostando por la rehabilitación energética como eje clave para transformar su parque de viviendas hacia modelos más sostenibles. Con este refuerzo de las ayudas, el Ayuntamiento pretende no solo mejorar la eficiencia de los edificios, sino también combatir la pobreza energética, garantizando que más familias puedan acceder a soluciones que disminuyan sus gastos energéticos y mejoren su bienestar.