El anexo al contrato de alquiler es un documento adicional que permite modificar o agregar condiciones al acuerdo original entre el propietario y el inquilino, sin necesidad de redactar un contrato completamente nuevo. Sirve para ajustar términos que no se contemplaron inicialmente o que requieren actualización durante la vigencia del arrendamiento. En Apialia te explicamos cómo elaborarlo y qué debe incluir.

 

Este tipo de documento puede aplicarse a distintos tipos de contratos, ya sea para una vivienda, un local comercial o una propiedad rústica. Para que el anexo tenga validez, debe quedar por escrito, adjuntarse al contrato principal y contar con la firma de ambas partes.

 

Es posible elaborar un anexo en cualquier momento mientras el contrato esté vigente, siempre y cuando exista mutuo acuerdo. Si una de las partes propone una modificación, la otra tiene la libertad de aceptarla o rechazarla. Por ejemplo, si el propietario plantea un cambio y el inquilino no está de acuerdo, el ajuste no podrá llevarse a cabo. Lo mismo sucede si es el inquilino quien solicita modificaciones y el arrendador no las acepta.

 

Las cláusulas que se pueden modificar o agregar son variadas, siempre que respeten la legalidad. Entre los ajustes más comunes se encuentran:

 

Al redactar el anexo, es fundamental incluir los datos personales de ambas partes, la referencia al contrato original, la descripción clara de las modificaciones, la fecha y el lugar de la firma, además de la rúbrica de todos los involucrados. De esta manera, el documento quedará legalmente respaldado y garantizará la validez de los cambios acordados.